El entorno en el que vive una persona mayor influye directamente en su salud, seguridad y calidad de vida. Muchas familias optan por el cuidado en casa, pero se encuentran con una vivienda que no está preparada para ello. Adaptar la vivienda para el cuidado de personas mayores no solo evita accidentes, sino que también facilita la autonomía y mejora el día a día.

En esta guía abordamos cómo adaptar cada estancia de la casa para el cuidado de personas mayores, incluyendo elementos técnicos, ayudas funcionales y consejos prácticos para prevenir caídas, mejorar el confort y garantizar la dignidad de nuestros mayores.

¿Por qué es importante adaptar el hogar para personas mayores?

Con el envejecimiento, aparecen limitaciones físicas, cognitivas o sensoriales que pueden hacer que una vivienda estándar se convierta en un entorno lleno de riesgos. Las caídas en el hogar son una de las principales causas de hospitalización en personas mayores. Por tanto, la prevención a través de una buena adaptación es una inversión en salud.

Además, una vivienda adaptada:

  • Reduce el estrés familiar.
  • Favorece la permanencia en casa en lugar de una residencia.
  • Incrementa la autoestima del mayor al sentirse útil y autónomo.
  • Mejora la convivencia con los cuidadores o familiares.

Adaptaciones por estancias

Entrada y pasillos

  • Instalar luces con sensor de movimiento para evitar tropiezos nocturnos.
  • Retirar alfombras sueltas o fijarlas con cinta antideslizante.
  • Eliminar obstáculos como cables, muebles bajos o elementos decorativos en el suelo.
  • Ampliar el ancho de paso si se usan andadores o sillas de ruedas.

Baño

El baño es la zona más peligrosa de la casa para una persona mayor.

  • Sustituir la bañera por un plato de ducha a ras de suelo.
  • Colocar barras de apoyo cerca del inodoro y dentro de la ducha.
  • Añadir una silla de ducha si hay problemas de equilibrio.
  • Instalar suelo antideslizante y alfombrillas con ventosa.
  • Elevar el inodoro o usar adaptadores para facilitar su uso.

Dormitorio

  • Usar una cama articulada o que no esté ni muy alta ni muy baja.
  • Colocar una mesita con lámpara al alcance de la mano.
  • Iluminar bien el camino hasta el baño (con tiras LED o enchufes con luz).
  • Evitar muebles con esquinas pronunciadas o de difícil acceso.

Cocina

  • Organizar los utensilios y alimentos más utilizados a una altura cómoda.
  • Cambiar los fogones de gas por una placa de inducción (más segura).
  • Colocar detectores de humo y de gas.
  • Utilizar vajilla antideslizante o ergonómica si hay problemas de movilidad.

Salón y zonas comunes

  • Sillas y sillones con apoyabrazos firmes y respaldo recto.
  • Evitar mesas de cristal o con puntas afiladas.
  • Asegurar una buena iluminación natural y artificial.
  • Dejar espacio suficiente para circular con bastón o andador.

Tecnología y ayudas técnicas

Además de las adaptaciones físicas, existen múltiples dispositivos que aumentan la seguridad:

  • Timbres inalámbricos o sistemas de aviso entre habitaciones.
  • Teléfonos adaptados con botones grandes y números pregrabados.
  • Alarmas personales o detectores de caídas conectados a familiares o cuidadores.
  • Cámaras o sensores no invasivos para seguimiento en casos de deterioro cognitivo.

Cómo acompañar la adaptación desde el cuidado

El entorno debe facilitar el trabajo del cuidador o cuidadora. Una vivienda bien adaptada:

  • Reduce el riesgo de lesiones también para quien cuida.
  • Mejora el desarrollo de rutinas como el aseo o la alimentación.
  • Facilita la movilidad y el traslado del mayor dentro del hogar.
  • Genera un ambiente más amable, accesible y digno.

Adaptar la vivienda para una persona mayor no siempre implica grandes obras. Muchas veces basta con hacer pequeños cambios con gran impacto. Desde Prefiero en Casa, asesoramos a las familias para que el hogar siga siendo un lugar de cuidado, seguridad y bienestar.

Escríbenos si quieres saber más sobre nuestros cuidados a mayores.