Alimentación saludable en personas mayores: claves para una nutrición adaptada

Con el paso de los años, nuestras necesidades cambian, y la alimentación no es una excepción. En las personas mayores, una dieta equilibrada no solo ayuda a mantener la salud física, sino que también juega un papel esencial en la prevención de enfermedades, el bienestar emocional y la calidad de vida.

En este artículo, te contamos por qué es tan importante cuidar la nutrición en la tercera edad, qué alimentos priorizar y cómo adaptarse a situaciones especiales como dificultades de masticación, problemas digestivos o patologías crónicas.

 ¿Por qué cambia la alimentación con la edad?

A medida que envejecemos, el cuerpo experimenta cambios fisiológicos que influyen directamente en la forma de alimentarse:

  • Menor sensación de sed y hambre.
  • Reducción de masa muscular y metabolismo.
  • Problemas dentales o de deglución.
  • Cambios en la digestión y absorción de nutrientes.
  • Aparición de enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, colesterol…).

Por eso, la alimentación debe adaptarse para seguir siendo fuente de salud y energía.

Principios básicos para una alimentación saludable en personas mayores

  1. Variada y equilibrada
    Incluir alimentos de todos los grupos: frutas, verduras, cereales integrales, proteínas de calidad y grasas saludables. La variedad asegura una buena ingesta de vitaminas y minerales.
  2. Rica en nutrientes, baja en calorías vacías
    A partir de cierta edad, se suele comer menos. Por eso, es fundamental que cada comida aporte valor nutricional y se eviten productos ultraprocesados, ricos en azúcares o grasas saturadas.
  3. Hidratación constante
    Muchas personas mayores no beben suficiente agua. Es recomendable ofrecer líquidos regularmente: agua, caldos, infusiones sin cafeína, gelatinas…
  4. Adaptada a sus capacidades
    Si existen dificultades para masticar o tragar, hay que adaptar las texturas: purés, sopas, papillas, alimentos cocidos y blandos. Siempre sin perder sabor ni variedad.
  5. Distribuida en varias tomas
    Hacer entre 4 y 5 comidas al día ayuda a mantener estables los niveles de energía y evitar bajones de azúcar o digestiones pesadas.

Alimentos recomendados para una alimentación saludable en personas mayores

  • Frutas y verduras: fuente de fibra, vitaminas y antioxidantes. Se recomienda un mínimo de 5 raciones al día. Mejor frescas y de temporada.
  • Cereales integrales: como arroz, avena o pan integral. Aportan energía de larga duración y mejor tránsito intestinal.
  • Proteínas de calidad: carne magra, pescado, huevo, legumbres y lácteos. Ayudan a conservar la masa muscular y fortalecer el sistema inmune.
  • Lácteos bajos en grasa: ricos en calcio y vitamina D para prevenir la osteoporosis.
  • Frutos secos y aceite de oliva virgen extra: grasas saludables con beneficios cardiovasculares.

Alimentos que conviene limitar

  • Sal en exceso (favorece la hipertensión).
  • Azúcares refinados (pasteles, bollería, refrescos).
  • Alimentos fritos y con grasas trans.
  • Bebidas alcohólicas o con cafeína si hay interacción con medicamentos.

¿Y si hay falta de apetito?

Es común que algunas personas mayores pierdan el apetito, lo que puede llevar a desnutrición. Algunas estrategias útiles:

  • Ofrecer platos más atractivos y coloridos.
  • Fraccionar la comida en tomas pequeñas pero frecuentes.
  • Usar hierbas aromáticas para potenciar el sabor (si hay restricciones de sal).
  • Crear un ambiente agradable a la hora de comer (mesa bien puesta, buena compañía, evitar distracciones).
  • Incluir alimentos con alta densidad nutricional en pequeñas cantidades (aguacate, queso, frutos secos molidos…).

Alimentación y salud cognitiva

Una dieta saludable también protege el cerebro. Algunos alimentos beneficiosos para la memoria y la función cognitiva son:

  • Pescado azul (rico en omega 3).
  • Frutos rojos (antioxidantes).
  • Verduras de hoja verde (ácido fólico).
  • Nueces y semillas (vitamina E).
  • Agua (la deshidratación puede afectar la concentración).

Además, comer bien ayuda a prevenir o retrasar el deterioro cognitivo, una de las preocupaciones más frecuentes en la tercera edad.

El papel del cuidador/a en la alimentación

Quien cuida también nutre. Por eso, es clave que los cuidadores:

  • Se formen en nutrición básica adaptada a mayores.
  • Detecten signos de desnutrición, deshidratación o problemas digestivos.
  • Estimulen el interés por la comida como una actividad placentera.
  • Sepan adaptar las comidas según patologías y tratamientos.

Un menú bien diseñado y un entorno acogedor pueden marcar una gran diferencia.

 

La alimentación en la tercera edad no consiste solo en “dar de comer”, sino en cuidar desde el plato, respetando gustos, hábitos y necesidades. Una buena dieta no solo alarga la vida, sino que mejora cómo se vive.

En Prefiero en Casa ayudamos a que las personas mayores mantengan su nutrición con menús personalizados, supervisión diaria y el acompañamiento que necesitan para disfrutar de cada comida con tranquilidad y salud.